17 sept 2012

Esplá Rizo, Carlos


CARLOS ESPLÁ RIZO

 

            Nació en Alicante, el 23 de junio de 1895, hijo de un comerciante y una maestra. Ingresó en la Escuela de Comercio de Alicante, en 1906, pero no pudo terminar sus estudios debido al fallecimiento del padre en 1909. Comenzó a trabajar en una oficina y, ese mismo año, influido por los acontecimientos históricos de la Semana Trágica, inició su relación con la política.

            En 1913 comienza a colaborar en el periódico El Luchador, que se había convertido en el centro más importante de actividad republicana de la provincia de Alicante. En 1914, el grupo de amigos de Esplá, patrocinados por el doctor Rico y Marcelino Domingo, constituyó la Juventud Republicana como sección juvenil del Partido Republicano Autónomo, auspiciando una dura campaña contra el caciquismo. Sus artículos contra la monarquía le costarían el destierro a Valencia, en 1916, ciudad en la que comenzó su trabajo periodístico en el diario de Blasco Ibáñez, El Pueblo, junto a otros grandes periodistas republicanos como Félix de Azzati. Conoció allí a toda la plana mayor republicana de Valencia, con quien sostendría una gran amistad durante el resto de su vida.

            En 1923 se instaló en París como corresponsal de El Pueblo y de otros periódicos valencianos. En compañía de Ortega y Gasset y Juan Durá funda España con Honra y se involucra en todos los movimientos antimonárquicos de la capital francesa. En enero de 1929, es el principal valedor del movimiento insurreccional revolucionario capitaneado nominalmente  por José Sánchez Guerra que tendrá su máxima repercusión en Valencia.

            A finales de marzo de 1931, Carlos Esplá vuelve a España para participar en la preparación de las elecciones municipales en Alicante. Con la instauración de la República, acepta provisionalmente el cargo que le ofrece el ministro de la Gobernación, Miguel Maura, y se convierte en gobernador civil de Alicante, cargo en el que cesa el 27 de abril de 1931 para acudir a Madrid. Por aquellas fechas se había afiliado finalmente a Acción Republicana y aceptó el puesto de gobernador civil de Barcelona que le había sugerido Miguel Maura, cargo que desempeñó solamente durante el verano de 1931. Carlos Esplá sostuvo una relación excelente con los nacionalistas catalanes y contribuyó a la resolución del proyecto de Estatuto.

            Posteriormente fue nombrado por Azaña subsecretario de Gobernación y presidente de la Comisión de Transferencias del Estatuto de Cataluña. También fue elegido diputado constituyente por Alicante. En septiembre fue comisionado para asistir a las sesiones de la Sociedad de Naciones.

            Retirado de la primera plana política tras el triunfo electoral de las derechas, en 1935 fundó junto a Luis Bello Política, el órgano de expresión de Izquierda Republicana. Con la victoria del Frente Popular y tras la elección de Azaña como presidente de la República, en mayo de 1936, ocupó la Subsecretaría de Presidencia, en un momento en el que la inminencia del golpe era mucho más que un rumor.

            Durante la Guerra Civil desempeñó misiones como la resolución momentánea del problema diplomático generado cuando el embajador en Berlín proclamó su adhesión a los rebeldes, en un arriesgado viaje a esa capital. También tuvo responsabilidades en la reorganización del poder republicano en la región militar de Valencia.

            Con el gobierno de Largo Caballero fue nombrado secretario general del Consejo de Ministros, aunque desempeñó tareas esencialmente diplomáticas como miembro de la delegación española ante la Sociedad de Naciones. Desde  noviembre de 1936 a mayo de 1937 ocupó el cargo de ministro de Propaganda, dedicando especial atención a la difusión de la causa republicana a través de su cultura en todo el mundo.

            Su último cargo durante la guerra fue el de subsecretario de Estado. En esos momentos, debido a su amistad con Juan Negrín y sus profundas relaciones con Manuel Azaña, se convirtió en el más preciado garante para el mantenimiento de las relaciones entre el presidente de la República y el del Gobierno. Pero Carlos Esplá terminó dimitiendo cuando se remodeló el gobierno Negrín, después de la caída de Teruel.

            El 6 de mayo de 1938 había sido elegido vicepresidente de Izquierda Republicana y a ese puesto dedicó su máxima atención hasta la finalización de la guerra, lo que le obligó a volver a París y más tarde a partir hacia Buenos Aires donde se convirtió en corresponsal de Noticias Gráficas.

            En agosto de 1940, Giral y Prieto le propusieron que se instalara en México con la misión de administrar los fondos de la JARE. Una vez asentado en México, se ocupó, entre otras tareas, de supervisar el funcionamiento de los centros escolares a cargo de la JARE: el colegio de Morelia, el Instituto Ruiz de Alarcón y el Colegio Madrid.

Fue miembro de Acción Republicana Española (ARE) y más tarde de la Junta Española de Liberación (JEL). Sin embargo, lideró junto a Prieto una corriente que se oponía a la creación de instituciones en el exilio que destruyeran las que habían alcanzado la legitimidad en España, defendiendo la política de corte plebiscitario que había encabezado Prieto, aunque cuando se formalizó el gobierno de José Giral le prestó su apoyo, a pesar de continuar considerando más acertadas otras opciones políticas para el éxito del antifranquismo.

            Fue presidente del Centro Republicano Español en México y, posteriormente, trabajó como traductor en las Naciones Unidas. Después de superar unas pruebas para ese puesto tuvo que instalarse en Washington. Alejado de la política activa de Izquierda Republicana, retomó su actividad política con la fundación de Acción Republicana Democrática Española (ARDE). En 1962 ARDE comenzaba a funcionar como partido republicano único, pero Carlos Esplá se negó a la desaparición de Izquierda Republicana y a su definitiva disolución en ARDE, de manera que en 1963 se constituía en México el Ateneo Republicano Español con la idea de acoger a los republicanos del grupo de Carlos Esplá que se habían quedado al margen de ARDE.

            Su muerte, el 6 de julio de 1971, fue la última consecuencia de la depresión que sufrió durante los últimos años de su vida.
 
Fuentes:
 
Archivo Carlos Esplá
ANGOSTO, Pedro, Sueño y pesadilla del republicanismo español, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001.
 
 
MA

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