CARLOS ESPLÁ RIZO
Nació en Alicante, el 23 de junio de
1895, hijo de un comerciante y una maestra. Ingresó en la Escuela de Comercio de
Alicante, en 1906, pero no pudo terminar sus estudios debido al fallecimiento
del padre en 1909. Comenzó a trabajar en una oficina y, ese mismo año, influido
por los acontecimientos históricos de la Semana Trágica , inició su
relación con la política.
En 1913 comienza a colaborar en el
periódico El Luchador, que se había
convertido en el centro más importante de actividad republicana de la provincia
de Alicante. En 1914, el grupo de amigos de Esplá, patrocinados por el doctor
Rico y Marcelino Domingo, constituyó la Juventud Republicana
como sección juvenil del Partido Republicano Autónomo, auspiciando una dura
campaña contra el caciquismo. Sus artículos contra la monarquía le costarían el
destierro a Valencia, en 1916, ciudad en la que comenzó su trabajo periodístico
en el diario de Blasco Ibáñez, El Pueblo,
junto a otros grandes periodistas republicanos como Félix de Azzati. Conoció
allí a toda la plana mayor republicana de Valencia, con quien sostendría una
gran amistad durante el resto de su vida.
En 1923 se instaló en París como
corresponsal de El Pueblo y de otros
periódicos valencianos. En compañía de Ortega y Gasset y Juan Durá funda España con Honra y se involucra en todos
los movimientos antimonárquicos de la capital francesa. En enero de 1929, es el
principal valedor del movimiento insurreccional revolucionario capitaneado
nominalmente por José Sánchez Guerra que
tendrá su máxima repercusión en Valencia.
A finales de marzo de 1931, Carlos
Esplá vuelve a España para participar en la preparación de las elecciones
municipales en Alicante. Con la instauración de la República , acepta
provisionalmente el cargo que le ofrece el ministro de la Gobernación , Miguel
Maura, y se convierte en gobernador civil de Alicante, cargo en el que cesa el
27 de abril de 1931 para acudir a Madrid. Por aquellas fechas se había afiliado
finalmente a Acción Republicana y aceptó el puesto de gobernador civil de
Barcelona que le había sugerido Miguel Maura, cargo que desempeñó solamente
durante el verano de 1931. Carlos Esplá sostuvo una relación excelente con los
nacionalistas catalanes y contribuyó a la resolución del proyecto de Estatuto.
Posteriormente fue nombrado por
Azaña subsecretario de Gobernación y presidente de la Comisión de
Transferencias del Estatuto de Cataluña. También fue elegido diputado
constituyente por Alicante. En septiembre fue comisionado para asistir a las
sesiones de la Sociedad
de Naciones.
Retirado de la primera plana
política tras el triunfo electoral de las derechas, en 1935 fundó junto a Luis
Bello Política, el órgano de
expresión de Izquierda Republicana. Con la victoria del Frente Popular y tras
la elección de Azaña como presidente de la República , en mayo de 1936, ocupó la Subsecretaría de
Presidencia, en un momento en el que la inminencia del golpe era mucho más que
un rumor.
Durante la Guerra Civil desempeñó misiones
como la resolución momentánea del problema diplomático generado cuando el
embajador en Berlín proclamó su adhesión a los rebeldes, en un arriesgado viaje
a esa capital. También tuvo responsabilidades en la reorganización del poder
republicano en la región militar de Valencia.
Con el gobierno de Largo Caballero
fue nombrado secretario general del Consejo de Ministros, aunque desempeñó
tareas esencialmente diplomáticas como miembro de la delegación española ante la Sociedad de Naciones.
Desde noviembre de 1936 a mayo de 1937 ocupó el
cargo de ministro de Propaganda, dedicando especial atención a la difusión de
la causa republicana a través de su cultura en todo el mundo.
Su último cargo durante la guerra
fue el de subsecretario de Estado. En esos momentos, debido a su amistad con
Juan Negrín y sus profundas relaciones con Manuel Azaña, se convirtió en el más
preciado garante para el mantenimiento de las relaciones entre el presidente de
la República
y el del Gobierno. Pero Carlos Esplá terminó dimitiendo cuando se remodeló el
gobierno Negrín, después de la caída de Teruel.
El 6 de mayo de 1938 había sido
elegido vicepresidente de Izquierda Republicana y a ese puesto dedicó su máxima
atención hasta la finalización de la guerra, lo que le obligó a volver a París
y más tarde a partir hacia Buenos Aires donde se convirtió en corresponsal de Noticias Gráficas.
En agosto de 1940, Giral y Prieto le
propusieron que se instalara en México con la misión de administrar los fondos
de la JARE. Una
vez asentado en México, se ocupó, entre otras tareas, de supervisar el
funcionamiento de los centros escolares a cargo de la JARE : el colegio de Morelia,
el Instituto Ruiz de Alarcón y el Colegio Madrid.
Fue miembro de
Acción Republicana Española (ARE) y más tarde de la Junta Española de Liberación
(JEL). Sin embargo, lideró junto a Prieto una corriente que se oponía a la
creación de instituciones en el exilio que destruyeran las que habían alcanzado
la legitimidad en España, defendiendo la política de corte plebiscitario que
había encabezado Prieto, aunque cuando se formalizó el gobierno de José Giral
le prestó su apoyo, a pesar de continuar considerando más acertadas otras
opciones políticas para el éxito del antifranquismo.
Fue presidente del Centro
Republicano Español en México y, posteriormente, trabajó como traductor en las
Naciones Unidas. Después de superar unas pruebas para ese puesto tuvo que
instalarse en Washington. Alejado de la política activa de Izquierda
Republicana, retomó su actividad política con la fundación de Acción
Republicana Democrática Española (ARDE). En 1962 ARDE comenzaba a funcionar
como partido republicano único, pero Carlos Esplá se negó a la desaparición de
Izquierda Republicana y a su definitiva disolución en ARDE, de manera que en
1963 se constituía en México el Ateneo Republicano Español con la idea de
acoger a los republicanos del grupo de Carlos Esplá que se habían quedado al
margen de ARDE.
Su muerte, el 6 de julio de 1971,
fue la última consecuencia de la depresión que sufrió durante los últimos años
de su vida.
Fuentes:
Archivo Carlos Esplá
ANGOSTO, Pedro, Sueño y pesadilla del republicanismo español, Madrid, Biblioteca Nueva, 2001.
MA
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