JOSE LUIS DE LA LOMA
Nació en Madrid el 27
de marzo de 1901, hijo de Don Ernesto de la Loma, ingeniero agrónomo y Doña
María Luisa de Oteyza y Barinaga.
Fue alumno de Don
Francisco Giner de los Ríos en donde sus métodos pedagógicos le inculcaron la afición
por las artes y las letras, el respeto a la dignidad humana, el culto a la verdad
y a la ética más depurada en todas las manifestaciones de la vida, a las ideas
de libertad, democracia y justicia social.
Estudió el bachillerato
en el Colegio Calderón de la Barca, incorporado al instituto de Segunda
Enseñanza del Cardenal Cisneros, años después
ingresó a la Escuela Especial de Ingenieros Agrónomos licenciándose el 7
de julio de 1922 de dicha carrera.
A los dos meses de
haberse graduado empezó a trabajar en la Sociedad Generar Azucarera de España,
empresa industrial que explotaba gran número de fábricas distribuidas por toda
la península y que contaba con una sección agrícola en la que colaboró durante
catorce años.
En esos tiempo trabajó
intensamente en el campo, en casi todas las regiones de España, atendiendo a la
explotación agrícola de varias finas que tenía
la Sociedad para la producción de la semilla mejorada de remolacha al
mimo tiempo que planeó y dirigió numerosos trabajos de experimentación e
investigación sobre ese cultivo, en los aspectos genéticos y agronómicos.
Alternaba en esa misma
época sus actividades agronómicas con la enseñanza en la academia de su padre, donde empezó a dar algunas
clases desde sus años de estudiante.
Poco después de salir de la escuela hizo su servicio
militar en el Primer Regimiento Ligero de Artillería si pasar nunca de la
condición de soldado raso, su permanencia en el cuartel afirmó antimilitarismo.
En 1926 contrajo
matrimonio con Pilar Balbontín, con la que permaneció toda su vida.
En 1929 ingresó al
servicio del Estado español en el Ministerio de Agricultura en el área de
estadística; sin embargo hasta 1936, continuó trabajando también para la
sociedad General Azucarera y siguió dando clases en la Academia de la que se
hizo cargo al de su primo al retirarse sus padres.
La tradición liberal de
su familia, su formación inicial en la Institución Libre de Enseñanza lo
hicieron de ideas progresistas, democráticas y republicanas.
En esos años fue un
asiduo concurrente del Ateneo de Madrid, ocupando la tribuna y asistiendo a
manifestaciones, asistió al mitin de Solidaridad Nacional Republicana celebrado
en la vieja plaza de toros de Madrid el 28 de septiembre de 1930 y a la
proclamación de la República el 14 de abril de 1931. Más tarde sirvió al nuevo
régimen sin pertenecer a ningún partido político, importándole más los ideales
que la política en sí.
En esta época se
perfilaron con más claridad sus intereses, además de las propias de su
profesión fueron de su preferencia la literatura, la música, el teatro, y los
toros.
Colaboró asiduamente en
revistas técnicas y en periódicos como El Liberal
y El Heraldo de Madrid, publicando
también sus primeros libros.
Se entregó al servicio
de la causa republicana en su puesto en el Ministerio de Agricultura, siguió al
gobierno legítimo en su peregrinar, primero a Valencia y después a Barcelona.
Fue colaborador leal de Adolfo Vázquez Humasqué. Trabajó abasteciendo de
alimento a la zona republicana y participó activamente en la propaganda
radiofónica antifranquista.
Al terminar la Guerra
Civil y antes de ser exiliado fue detenido con su mujer y otros compañeros, y llevado a un campo de concentración, gracias
a la ayuda del intelectual y diplomático mexicano Fernando Gamboa y de Mr.
Albert Sarraut, Ministro de Interior de Francia pudieron salir y viajar a
México vía Nueva York. Embarcaron en el puerto e Boulogne en un barco holandés,
el “New Amsterdan”, pero al llegar fueron detenidos por los servicios de
migración de los Estados Unidos y llevados a Ellis Island, una especie de
prisión para emigrantes indeseables. Con la ayuda de Francisco Giner de los
Ríos, pagaron la fianza y fueron puestos en libertad.
Al poco tiempo de su
llegada a México consiguió una plaza en la Dirección del Catastro del Departamento
del Distrito Federal, apoyado para conseguir dicha plaza por el General Lázaro
Cárdenas. Desde su llegada a México participó en la organización del Instituto
Hispano Mexicano Ruiz de Alarcon, centro docente para la enseñanza primaria,
secundaria y preparatoria, del que formaron parte los más destacados
Catedráticos de las Universidades e Institutos Españoles. En 1940 fue Secretario General de dicho
Instituto, el cual por diversas causas tuvo una vida corta y desapareció.
También en 1940 fue nombrado
profesor de la Escuela Nacional de Chapingo, durante veinte ocho años cubrió
las cátedras de Genética, experimentación agrícola y ecología vegetal.
Escribió dos libros: Genética General y Aplicada y Experimentación Agrícola, de los cuales
se han hecho varias ediciones de cada uno y son utilizados en casi todas las
universidades de los países de habla española.
Fue jefe de la Comisión
de Planificación Nacional; en 1946 fue invitado a trabajar con ellos en la
Comisión Nacional de Irrigación, para organizar la estadística de los distritos
de riego, convirtiéndose en 1966 en Director de dicha comisión.
Contribuyó en unión de
otros exiliados españoles, a la organización del Ateneo Español de México,
contribuyendo a la difusión de la cultura española y latinoamericana.
En 1949 fue elegido
Secretario General del mismo, contribuyendo a la labor realizada, que ha dado
al Ateneo un singular prestigio en México y en el extranjero.
Fuentes:
Loma
José Luis de, Pinceladas de una obra,
México, Moncloa, 1972.
AA.VV.,
El exilio español en México 1939-1982,
México, FCE-Salvat, 1982.
AN
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