26 sept 2012

Montiel Giménez, Francisco Félix

FRANCISCO FÉLIX MONTIEL GIMÉNEZ
 

 

Nacido en Águilas el  5 de noviembre de 1908. Ensayista, historiador, periodista y profesor universitario. Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) en 1931. Fue elegido diputado a Cortes en las elecciones de 1936 por el Frente Popular, en el seno de la fracción socialista, por la circunscripción de Murcia, con el 71,1% de los votos emitidos. En junio de 1936 fue designado por su grupo para formar parte de la Comisión de Estatutos que deliberó sobre el proyecto autonómico para Euskadi.

Una vez estallado la guerra civil, su evolución y el descontento con la línea oficial de su partido llevó a Montiel a ingresar en 1937 en el Partido Comunista, en compañía de otra diputada socialista, Margarita Nelken. En Barcelona publicó los folletos “Por qué he ingresado en el PCE” y “¿Cómo se fortalece nuestra democracia? Con una consulta al pueblo” (1938). En este último resumió los argumentos que apoyaban la idea de Stalin de celebrar comicios en la zona republicana para fortalecer la posición del PCE al tiempo que se buscaba la aproximación a las potencias democráticas occidentales.  En los meses finales de la guerra fue nombrado presidente de la Junta de Espectáculos de Madrid. Fue testigo de los enfrentamientos desatados en la capital tras el golpe del coronel Casado (5 de marzo de 1939) y elevó a la Comintern un informe de cariz marcadamente crítico acerca de la posición del PCE durante aquellos sucesos,  que calificó de improvisada, débil y vacilante.

Tras la derrota republicana, pasó primer a Francia y llegó posteriormente a Cuba a mediados de 1940. Se vinculó a la Casa de la Cultura y, junto con Juan José Manso y Miguel Valdés ostentó la máxima representación del PCE en la isla. Entre 1942 y 1944 fue director de las escuelas del Sindicato de la Electricidad, Gas y Agua “Leopoldo Pita”. Ofreció conferencias en la Universidad de La Habana. Escribió textos con el fin de analizar la realidad socio-política española: El terror franquista y la lucha del pueblo español (1940) y Entre ironías y batallas: Franco y sus valedores (1944).

En septiembre de 1943 tomó parte en la Primera Reunión de Profesores Universitarios Españoles Emigrados, celebrada en la Universidad de La Habana y entre cuyos convocantes se encontraban Pedro Bosch Gimpera, Fernando de los Ríos, José Giral, Augusto Pí y Sunyer, María Zambrano y Luis de Zulueta, entre otros. En ella se abogó por la creación de un organismo unitario del exilio depositario de la legitimidad republicana para preparar un proceso de transición a un régimen de libertad y justicia social. El PCE se distanció de esta iniciativa, argumentando la existencia de la Junta Suprema de Unión Nacional, supuestamente ya operativa en el interior del país. Fue este el primer conato de distanciamiento de Montiel respecto al Partido Comunista. A principios de 1948 viajó a Checoslovaquia e impartió conferencias en la Universidad de Praga. Durante su estancia en el país eslavo fue testigo del “golpe de Praga”, el suicidio de Masaryk y la caída de Benes con la implantación de la democracia popular hegemonizada por el PC checo. Ese mismo año, en París, renunció a su cargo de responsable de Cultura del PCE y se adhirió a la corriente titista. Durante un tiempo se vinculó al Círculo de Acción Socialista impulsado en México y París, respectivamente, por el exministro comunista Jesús Hernández y el exdirigente del PSUC José del Barrio Navarro. Participó con sus artículos de análisis en las páginas de Democracia, la revista impulsada por los simpatizantes del socialismo autogestionario en México financiada por la embajada yugoslava en aquel país.

En enero de 1952 volvió a Cuba y dio clases en la Universidad de Oriente, en la cátedra de Derecho Internacional, iniciándose su deriva hacia posiciones conservadoras.  En Solidarismo: notas para una nueva teoría de la democracia (1954) llamó la atención contra la amenaza del totalitarismo y criticó los postulados de Marx. En 1955 fue separado de la cátedra. Volvió a La Habana y escribió en el diario Tiempo de Cuba y en la revista Bohemia, de marcado carácter anticomunista, propiedad de Rolando Masferrer, un periodista y jefe paramilitar al servicio de Fulgencio Batista. Allí denunció a sus excamaradas y a la Universidad de Oriente como un nido de comunistas.

En 1958 marchó a Perú. A la muerte de Franco, en 1975, volvió a España y fue profesor adjunto de la UCM y asiduo colaborador en las páginas del diario monárquico ABC. Sus ensayos políticos se caracterizaron por un acentuado tono de denuncia anticomunista y antisoviético, destacándose por defender las teorías del “camuflaje” de los auténticos propósitos comunistas y su infiltración en el mundo occidental.  El tercer ejército de la URSS (1988), El vendaval de la Perestroika y la complacencia de Occidente (1990). Su libro Un coronel llamado Segismundo: mentiras y misterios de la guerra de Stalin en España (1988) constituye el reverso, matizado por sus posiciones medio siglo después, de aquel informe que, en 1939, elevara a Moscú para explicar las causas de la derrota republicana. En 1993 volvió a Lima, donde murió habiendo llegado a ser, posiblemente, el último diputado superviviente de las Cortes republicanas. Murió en Lima el 4 de noviembre de 2005. 
  
Fuentes:
 
-        Cuadriello, Jorge D.: El exilio republicano español en Cuba. Madrid, Siglo XXI (2009).
-        Montiel, Francisco Félix: Un coronel llamado Segismundo: mentiras y misterios de la guerra de Stalin en España. Madrid, Criterio, 1998.
-        Viñas, Ángel y Hernández Sánchez, Fernando: El desplome de la República. Barcelona, Crítica (2009).
FH
 

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